jueves


¿Qué significan para ti estas preguntas?

¿Cómo te estás sintiendo?
¿Necesitas apoyo?
¿Sabes lo que te motiva?
¿Qué te impide ser lo que quieres o tener lo que necesitas?
¿Te sientes en una situación complicada?
¿No encuentras la salida?
¿Quieres expresar tu potencial al máximo y no sabes cómo?

 Si te sientes identificado/a con alguna de ellas, te invito a contactarme para juntos diseñar la solución que estás buscando y expresar tu potencial al máximo.
Para esto incluiremos el análisis de tu carta natal como apoyo para resolver los temas planteados y buscar los mejores caminos.

Contáctame en Uruguay  al mail: uruastro@hotmail.com


Profundiza en el concepto de Coaching en este blog.











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miércoles

Coaching astrológico


Toda vida física y mental es una manifestación de energía.

Movilizar las propias energías del consultante e integrarlas en una totalidad funcional es la finalidad última de la Astrología.

Cada elemento (agua, tierra, aire, fuego) representa un género básico de energía y conciencia.   Cada uno de los cuatro elementos se manifiesta en tres modalidades vibracionales (cardinal, fija y mutable).  Son los cuatro elementos por las tres modalidades las que generan las doce pautas primarias de energía.   Las doce pautas primarias de energía configuran los doce signos zodiacales que componen una carta natal, con las diferentes combinaciones en cada una de ellas.   
 La posición del Sol, la Luna y los ocho planetas conocidos dentro de cada carta natal en los diferentes signos, así como las relaciones entre ellos, nos muestran las particularidades básicas de la personalidad y el temperamento de cada persona, sus dones y sus posibilidades a desarrollar  y las dificultades que pueden concretarse en la vida de la persona.

Es a través de esta base de personalidad y temperamento que la persona recibe al momento de nacer y del aprendizaje que recibe y realiza en función de lo que ha vivido desde su nacimiento, que actúa en concreto en lo que vive, en el aquí y ahora.    O sea, todo esto constituye el tipo de observador que cada uno es.


El coaching (en el cual profundizamos en la entrada que lleva este nombre) es un proceso de aprendizaje a través del cual transformamos el tipo de observador que somos como resultado de las interpretaciones de las distintas experiencias que hemos vivido.

En las sesiones de coaching astrológico, analizamos en concreto como, el consultante, ha desarrollado esas características básicas, en función de las experiencias vividas, y los límites que se ha autoimpuesto, así como las creencias limitadoras resultantes.    

El coach debe ayudar a re-articular las creencias limitadoras del consultante sin presionar, ni formular interpretaciones, con empatía e intuición, con una escucha noble, activa y reflexiva, y con maestría en la formulación de preguntas.

Sabemos ya que toda acción resulta del tipo de observador que cada uno es. Observador es la forma particular en que un individuo otorga sentido a la situación que enfrenta, antes de intervenir en ella.

En consecuencia, al transformar al observador, construimos nuevos y diferentes sentidos, que transformarán también nuestras acciones.  

De aquí, el concepto de transformación personal del coaching astrológico.


Coaching


El objetivo del coaching está puesto siempre en abrir posibilidades de acción y que el consultante asuma el poder que está en sus manos.   La respuesta nueva o diferente que adoptará también será consecuencia de una transformación personal.

En inglés, la palabra coach significa entrenador, ya que proviene del mundo del deporte, pero coaching es más que un entrenamiento, es un proceso de aprendizaje, ya que nada ocurre sin una transformación personal.

Este proceso transforma nuestra forma de estar en el mundo, ya que al cambiar nuestra forma de observar, podemos modificar también nuestra manera de actuar, de operar en el mundo. Por lo tanto, también nuestros resultados serán diferentes.   Se trata de aprendizaje más transformación.

El coaching es un proceso provocador y desafiante ya que requiere cuestionar las estructuras rígidas de nuestra forma particular de ser y de nuestras antiguas concepciones.

Durante el proceso el coach actúa como detective,  el detective no es juez;  se trata de investigar, no de juzgar.

Desde el coaching abordamos la situación haciendo foco en la brecha entre intenciones y resultados, indagando en los supuestos, en la fundamentación de los juicios, en sus percepciones o emociones, etc.   Buscamos cómo asumir responsabilidad frente a las circunstancias, explorando alternativas y diagramando cursos de acción para generar aprendizajes que lo lleven a expandir su capacidad de acción efectiva, que se manifestarán en la generación de nuevas respuestas.

Todos tenemos una zona de confort, donde tenemos todo el conocimiento adquirido. Para aprender, para expandir nuestra conciencia y capacidad de acción, es necesario salir de nuestra zona de confort.
Como proceso, coaching es una invitación a salir de la zona de confort para cuestionar y cuestionarse el modo de pensar, de comunicarse, de observar, de actuar, para aprender nuevas respuestas ante los viejos y nuevos desafíos.

Responsabilidad es otro punto fundamental, es como responder frente a las situaciones o circunstancias.    Ante la pregunta ¿por qué cayó el objeto?, algunos responderán “por la fuerza de la gravedad”; otros dirán “porque lo soltó”.  Ambas son respuestas válidas, entonces ¿Dónde radica la diferencia?    En la primera explicación estaremos poniendo la responsabilidad fuera de nosotros (fuerza de la gravedad); en la segunda asumimos responsabilidad (yo lo solté).  Cada una de ellas genera respuestas y acciones claramente diferentes.

En una explicación irresponsable dice: “yo no tengo nada que ver con lo que pasa… ni con su solución”  No asumo la responsabilidad, me declaro inocente, pero al mismo tiempo también impotente e incompetente

Haciéndome cargo del problema, puedo ser parte de la solución. Por ejemplo se cayó el sistema, aquí no me hago culpable, ya que no elegí que se cayera.  Asumo, sí, el poder está en mis manos,  comunicando el inconveniente y solicitando ayuda o pidiendo sugerencias; me transformo en protagonista.

¿Qué historia preferirías contar? ¿La historia de la víctima o la historia del protagonista?

Mi ser es definido desde mí, no desde la actitud del otro.  Actuamos como somos, pero también somos como actuamos. La acción genera ser.  Puedo elegir.

El proceso de coaching es un proceso de asunción de responsabilidad. Si el problema está afuera, ¿Cuál será la necesidad de cambiar?    Coaching es aprender a revisar nuestros juicios, nuestros procesos de razonamiento y a darnos explicaciones generativas; a ser protagonistas con posibilidades de acción efectiva.  Es aprender a dar explicaciones en primera persona.

Otro tema fundamental está relacionado con los modelos mentales.

Albert Einstein dijo:   “locura es hacer lo mismo una y otra vez intentando obtener un resultado diferente”     ¿Qué es lo que frecuentemente ocurre?  Cuando nuestros resultados no coinciden con los objetivos propuestos intentamos la misma acción una y otra vez (por ejemplo haciéndolo más rápido), sin tomar conciencia de que esas acciones provienen de la interpretación de un observador que le otorgó un particular significado.  De lo que se trata es de aprender a pensar de una manera diferente, lo que implica modificar ese modelo del observador.    

En conclusión, si queremos obtener resultados que nos aproximen con mayor eficacia al objetivo deseado, habrá que enfocar no en las acciones, sino en el tipo particular de observador que cada uno es,  en nuestros modelos mentales, en nuestras interpretaciones del mundo.  Con toda seguridad, las acciones consecuentes y sus resultados serán diferentes.

La tarea del coach consistirá en ayudar al consultante a aprender a ser un observador diferente.  Coaching es un tipo particular de aprendizaje que requiere trasformación personal.

El coaching apuntará no solo a la expansión de la capacidad de acción de una persona, sino que esta será consecuencia de una modificación del tipo de observador que esa persona es.   Transformando el observador, abriremos posibilidades para generar nuevas respuestas donde antes no las había.   Es un proceso que procura producir aprendizaje focalizando no en las acciones sino remitiendo a la particular forma de ser – por tanto de actuar – de las personas.

En su carácter de detective, el coach, mediante herramientas conversacionales, indagará profundamente, hasta en aquellas cosas que se presentan como obvias desde el punto de vista del consultante.  Junto con él, buscará verificar peldaño a peldaño, la veracidad de sus inferencias, juicios y razonamientos.

Descubrimos que nuestras opiniones, a partir de las cuales actuamos en el mundo, están muchas veces distorsionadas por creencias infundadas que fueron construidas en una sucesión de inferencias.

A veces basta con revisar el modo en que el consultante alega o indaga, para que ocurran profundos insights en reacción con el darse cuenta o considerar como es parte contribuyente en cada situación.
         


(Artículo basado en el libro de Leonardo Wolk, “El arte de soplar brasas”)



El Código Secreto del Síntoma

    Es bien sabido que nuestras emociones y sentimientos afectan a nuestro estado físico y nos produce diversas alteraciones en función de cómo nosotros vivimos los acontecimientos diarios.  Muchas veces nos quedamos aquí, creyendo que lo podemos hacer es muy poco o nada. Buscamos soluciones más o menos efectivas, desde la toma de un remedio a la práctica de diversas técnicas manuales, de relajación, etc.

  Reprimimos nuestras auténticas emociones y sentimientos por tabúes, por educación, por conveniencia social, por creencias familiares o por educación religiosa. Esto lo hacemos la mayoría de las veces de una forma automática, inconsciente. Luego, unas horas o días mas tarde, nos encontramos mal, tenemos acidez, nos duele la cabeza o la espalda. Pensamos que eso es debido a una mala postura, a una comida que no está en condiciones o simplemente al estrés cotidiano. No vamos mas allá, nos quedamos en la explicación mental, en la explicación que justifica nuestro estado. Si la situación que vivimos se repite una y otra vez, entonces nuestros síntomas se cronifican y nos vemos abocados a tomar un medicamento/remedio de una forma continua. Nos metemos en una rueda de emoción, dolor moral, dolor físico y sufrimientos.

  No encontramos la salida, buscamos encontrarnos bien lo más pronto posible, pero no hacemos algo fundamental, que es cambiar nuestros hábitos, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, descodificar nuestras emociones atrapadas y censuradas por nosotros mismos.

  No escuchamos a nuestro interior que nos envía un mensaje a través del síntoma físico. Nos sentimos bloqueados, no sabemos qué dirección tomar, qué camino seguir, nos sentimos vacíos, desorientados, perdidos.


Mientras nuestro inconsciente biológico sigue actuando y mandando el mensaje sin ser escuchado. Pero este no va a parar, va a seguir y va a aumentar en intensidad ese síntoma para que prestemos atención y si seguimos intentando apagarlo o silenciarlo, al final el síntoma será de tal índole que tendremos que pararnos ya que nos resultará imposible seguir nuestra vida cotidiana.

  Es el momento de reflexión, de cuestionarnos nuestra forma de vida, de hacer un alto en el camino, de preguntarnos qué me ha llevado hasta aquí? qué siento? como lo siento? donde lo siento?

  Es el momento de buscar otras soluciones. Pensar que quizás la respuesta está en MI. Para ello es necesario interpretar que me está diciendo mi Inconsciente Biológico.

  Buscar un camino que aporte Luz a nuestro interior y nos ayude a comprender el significado de los síntomas. Comprender que todo está codificado, que todo es información y que todo tiene un Sentido Biológico y sumergirnos en un viaje hacia nuestro más profundo ser, ampliando nuestra propia perspectiva de cada emoción restringida en un momento de dolor, frustración y desvalorización de nosotros mismos.


El Código Secreto del Síntoma.
Enric Corbera y Rafael Marañón.